A veces, la imaginación supera a la realidad... o no.

lunes, 30 de agosto de 2010

Obreros de la Ribera aseguran haber visto un delfín en el Guadalquivir

"No nos lo podíamos creer, no sabíamos que podía ser aquello que chapoteaba en la orilla del río, empezamos a piropearlo por si era una mujer. Después pensamos que fuera un perro gris, pero entre todos contamos las patas y faltaban dos. ¡Aquello era un delfín!" con estas sorprendentes declaraciones, Luis José Medina, encargado de las obras de la Ribera, explicaba lo ocurrido.
Según los operarios, el avistamiento habría sido en torno a las once de la mañana, cuando uno de los trabajadores, Guillermo Jiménez, se tomó un descanso, se apoyó en el borde del Puente Romano y observó que algo se movía de forma cimbreante en un pequeño remanso en el lateral del caudal. Jiménez destaca que "al principio llamé a mis compañeros porque creía que era un turista que se había caído, ya que no sería el primero, sin embargo, tenía un triángulo en la espalda y nos hacía sospechar".
Algunos agentes del servicio de Protección Civil acudieron al lugar por las incesantes llamadas de algunos turistas nipones e intentaron acercarse al animal varado descendiendo por unas cuerdas. Sin embargo, por la fricción con los árboles la cuerda se partió, haciendo que el primer agente se precipitase sobre el delfín, que del susto, saltó y volvió al flujo del río. Algunos operarios esperaron espectantes una nueva aparición del mamífero durante más de dos horas. No volvió a dar señales de vida.
Para aclarar la situación, el CÓRDOBA TUDEI se ha puesto en contacto con José Miguel Astronso, becario en agosto del Departamento de Biología de Mamíferos Marinos de la Universidad de Córdoba, que explica que "no es muy difícil ver mamíferos marinos en nuestros ríos, de hecho, Sierra Nevada es un punto caliente de la cría de algunos cetáceos, en un principio creíamos que ascendían a las cumbres para desovar, al igual que hacen los salmones en Alaska, sin embargo, al ser mamíferos, no pueden desovar, ya que no tienen huevos, por ello, nuestra segunda hipótesis fue que lo hacían por puro placer, como si se tratase de un Camino de Santiago a nado y aún seguimos estudiando el caso, aunque es muy difícil, sobre todo cuando analizamos grandes mamíferos y tenemos que entrevistar a una orca arrastrándose por un arroyo a 3.000 metros de altura".

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